Publicidad y libros pop-up


Ya está visto lo bien que quedan los libros pop-up cuando los grabas en vídeos musicales, pero los videoclips no son el uso más frecuente de estas piezas. Como casi todo lo que es bonito y sorprendente, los libros móviles se emplean a menudo para venderte cosas. Hoy vamos a ver pop-ups y publicidad.

Como casi todos se usan en cuentos infantiles, la idea más fácil es usar libros desplegables para asociar productos a los niños y sus familias, como en este de Persil.

Luego, llevártelo a la narrativa para vender historias, de uno u otro tipo, como hace aquí Mastercard.

O usarlos como ejemplo de cosas bonitas que caben en una mano, o en un bolsillo, como Samsung (aunque para llevar un monstruo de estos necesitas una mano de abofetear esfinges).


BOLA EXTRA: Estas tarjetas usan el método de arquitectura origámica que sale en la última entrada.

Y luego puedes hacer una animalada como los de Monodot para Pearle, en Bélgica, y meter libros pop-up gigantes, ganar un Guinness y quedar como un rey.

Los libros desplegables son sorprendentes en vivo y vistosos en vídeo. A la próxima entrada audiovisual buscaré ejemplos en el cine, que hay algunos muy chulos. ¡Nos vemos!


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